Durante la Edad Media, muchas bibliotecas albergaban libros encadenados (libri catenati) a atriles y bancos para que solo pudieran ser consultados, nunca tomados en préstamo o sustraídos por los amigos de lo ajeno. En este caso observamos una encuadernación de la que se han “recortado” los restos del anclaje de una cadena, probablemente para poder encajar mejor el libro en la estantería. Se observan restos de óxido de la antigua cadena en la primera hoja de guarda. En otros ejemplares la cadena y sus enganches se han retirado de forma más cuidadosa y los únicos restos visibles son pequeños orificios en las cubiertas (como se aprecia en la contracubierta).
En ocasiones no siempre lo que está escrito en los libros es del gusto de quienes los conservan.
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Libros encadenados
Título: Habentur hoc volumine haec Theodoro Gaza interprete. Theophrasti de historia plantarum lib. ix. Et decimi principium duntaxat. Eiusdem de causis plantarum lib. v.
Autor(es): Teofrasto
Fecha: 1505
Editorial / Editor: s l: [s. n.]
Signatura: U/Bc BU 08302
Formato(s): Libro o monografía




